En esta ocasión vamos a hablar de las hermanas de nuestro Sol, las estrellas que forman nuestra galaxia y todas las galaxias del Universo.
Existen muchos tipos de estrellas. A simple vista ya podemos intuir que no todas son iguales; las hay que emiten una luz rojiza, otras azulada, unas emiten más destellos que otras y algunas parecen ser más grandes que el resto a pesar de estar más lejos. Pero además de ser distintas entre ellas, una misma estrella no siempre tiene la misma masa o brillo, pues ambos van cambiando a lo largo de su vida. Y decimos "vida" porque las estrellas disfrutan de un nacimiento, una evolución y una muerte.
Y con esto enlazamos con nuestro tweet ganador de la semana:
Nuestra estrella, el Sol, está aproximadamente en la mitad de su vida. Cómo ya vimos hace unas semanas, el Sol nació hace unos 4.500 millones de años a partir de nubes de gas y polvo de otras estrellas, y aún le queda combustible para otros 5.500 millones de años más aproximadamente. Después, vendrá su muerte.
Y al igual que ocurre con los seres vivos, no todas las estrellas tienen la misma vida, y no todas mueren de la misma forma.
De la masa de una estrella depende la duración de su vida. Podríamos decir que, cuanto más grande sea, más "hambre" tendrá y, por lo tanto, antes devorará su energía, su alimento. Y esto también influye en gran medida en su brillo.
Por un lado tenemos a las "estrellas de Rock", que viven al límite, brillan por encima de otros músicos y tras pocos discos terminan su carrera. Y por otro lado tenemos al cantautor, que comienza sin hacerse notar, con poco brillo, pero con una larga carrera plagada de discos.
Debido también a su masa, la muerte de nuestros particulares músicos también será distinta:
Tras ciclos de continuas expansiones y contracciones, una estrella similar a nuestro Sol, acabará expulsando sus capas externas. Toda esa materia es entonces disparada en una gran nube (es como hacer explotar un globo lleno de harina), dando lugar a una nebulosa que con el paso del tiempo servirá para formar nuevas estrellas. Lo que queda de la estrella puede acabar siendo una enana blanca (si su masa era inferior a 9-10 masas solares), una enana roja (si era inferior a la mitad de la masa del Sol) o una enana marrón (inferior a 0,08 masas solares).
Acabar como una estrella de neutrones es otra de las posibilidades. Si la estrella tiene una masa superior a 9-10 masas solares, tras una enérgica explosión conocida como supernova, dejará un remanente de hierro y otros metales de 1,5 masas solares aproximadamente, pero de tan sólo 20 o 30 Km de diámetro. ¿Cómo es esto posible? Lo es porque la materia que permanece en la estrella es tan densa que su masa es inmensa en comparación con su volumen.
Un caso extremo son las estrellas más masivas, que tras su muerte se convierten en lo que denominamos un agujero negro.
¿Y cuál será entonces el fin de nuestro Sol?
Para comprender un poco mejor estos finales, nuestro amigo @_StarLord nos muestra una sencilla infografía sobre la vida y muerte de la estrellas:
Como vemos, las estrellas muertas dan paso a nuevas estrellas (o planetas). Estamos inmersos en un bucle en el que unos objetos originan a los de su próxima generación. La materia que va expulsando una estrella a lo largo de su vida, y en su muerte, es la que forma el resto de elementos del Universo.
O dicho de una forma más poética, somos polvo de estrellas.
Recordando nuestro capítulo dedicado al Sol, decíamos que nuestra estrella pertenecía a la tercera generación de estrellas.
Pero además de estas estrellas coetáneas a nuestro Sol, dentro de nuestra galaxia convivimos también con estrellas de una generación anterior, que pueden ser observadas dirigiendo nuestra mirada al centro de la galaxia.
Y aún existe otra generación anterior, las "pioneras", las primeras estrellas del Universo, formadas tras el Big Bang.
Y al igual que ocurre con las personas de mayor edad, estas estrellas son las más sabias y las que más nos pueden enseñar sobre nuestro origen, porque, aunque no existan ya, su luz continúa viajando por el Universo, y nos debería seguir llegando; aunque los telescopios actuales no son capaces de verlas aún. Quizás, con los futuros telescopios de nueva generación, todo esto cambie y finalmente podamos confirmar su existencia.
- "Hoy en día sabemos que la vida de las estrellas está regida por procesos nucleares y que las fases que atraviesan, desde su formación hasta su muerte, dependen de las tasas de los distintos tipos de reacciones nucleares y de cómo la estrella reacciona ante los cambios que en ellas se producen al variar su temperatura y composición internas."
—Wikipedia
Existen muchos tipos de estrellas. A simple vista ya podemos intuir que no todas son iguales; las hay que emiten una luz rojiza, otras azulada, unas emiten más destellos que otras y algunas parecen ser más grandes que el resto a pesar de estar más lejos. Pero además de ser distintas entre ellas, una misma estrella no siempre tiene la misma masa o brillo, pues ambos van cambiando a lo largo de su vida. Y decimos "vida" porque las estrellas disfrutan de un nacimiento, una evolución y una muerte.
Y con esto enlazamos con nuestro tweet ganador de la semana:
El Sol, la estrella más cercana, permite la vida en la Tierra; acabará con ella cuando llegue a su fin: http://t.co/LrMPTZvGoc #Espacio140.
— Manuel A. Ceballos (@ViaLacteano) June 12, 2013
Nuestra estrella, el Sol, está aproximadamente en la mitad de su vida. Cómo ya vimos hace unas semanas, el Sol nació hace unos 4.500 millones de años a partir de nubes de gas y polvo de otras estrellas, y aún le queda combustible para otros 5.500 millones de años más aproximadamente. Después, vendrá su muerte.
Y al igual que ocurre con los seres vivos, no todas las estrellas tienen la misma vida, y no todas mueren de la misma forma.
Paradójicamente, cuanta más masa posee una estrella, más corta es su vida, al fusionar más rápido ésta por la mayor gravedad #espacio140
— Orlando S. Maroto (@Orlando_S_M) June 11, 2013
De la masa de una estrella depende la duración de su vida. Podríamos decir que, cuanto más grande sea, más "hambre" tendrá y, por lo tanto, antes devorará su energía, su alimento. Y esto también influye en gran medida en su brillo.
La vida de una estrella puede ser corta y brillante o larga y moderada #Espacio140
— Juan A. Fernández (@jf_moreno) June 10, 2013
Por un lado tenemos a las "estrellas de Rock", que viven al límite, brillan por encima de otros músicos y tras pocos discos terminan su carrera. Y por otro lado tenemos al cantautor, que comienza sin hacerse notar, con poco brillo, pero con una larga carrera plagada de discos.
Debido también a su masa, la muerte de nuestros particulares músicos también será distinta:
El final de una estrella dependerá de la masa que tenga: enana blanca, estrella de neutrones o agujero negro #Espacio140
— Juan A. Fernández (@jf_moreno) June 10, 2013
Tras ciclos de continuas expansiones y contracciones, una estrella similar a nuestro Sol, acabará expulsando sus capas externas. Toda esa materia es entonces disparada en una gran nube (es como hacer explotar un globo lleno de harina), dando lugar a una nebulosa que con el paso del tiempo servirá para formar nuevas estrellas. Lo que queda de la estrella puede acabar siendo una enana blanca (si su masa era inferior a 9-10 masas solares), una enana roja (si era inferior a la mitad de la masa del Sol) o una enana marrón (inferior a 0,08 masas solares).
Acabar como una estrella de neutrones es otra de las posibilidades. Si la estrella tiene una masa superior a 9-10 masas solares, tras una enérgica explosión conocida como supernova, dejará un remanente de hierro y otros metales de 1,5 masas solares aproximadamente, pero de tan sólo 20 o 30 Km de diámetro. ¿Cómo es esto posible? Lo es porque la materia que permanece en la estrella es tan densa que su masa es inmensa en comparación con su volumen.
Un caso extremo son las estrellas más masivas, que tras su muerte se convierten en lo que denominamos un agujero negro.
¿Y cuál será entonces el fin de nuestro Sol?
Estrellas como el Sol no mueren en una explosión, sino que se apagan poco a poco, dejando una hermosa nebulosa luminescente. #Espacio140
— Astronomía + Ciencia (@elsegundoluz) June 10, 2013
Para comprender un poco mejor estos finales, nuestro amigo @_StarLord nos muestra una sencilla infografía sobre la vida y muerte de la estrellas:
Infografía sobre la vida de las estrellas #Espacio140 pic.twitter.com/XLXpnFi1CW
— Edson Alejandro. (@_StarLord) June 15, 2013
Como vemos, las estrellas muertas dan paso a nuevas estrellas (o planetas). Estamos inmersos en un bucle en el que unos objetos originan a los de su próxima generación. La materia que va expulsando una estrella a lo largo de su vida, y en su muerte, es la que forma el resto de elementos del Universo.
La mayor parte de los elementos, salvo el hidrógeno, se crearon en el interior de una estrella. Somos ceniza estelar #espacio140
— Orlando S. Maroto (@Orlando_S_M) June 11, 2013
O dicho de una forma más poética, somos polvo de estrellas.
Recordando nuestro capítulo dedicado al Sol, decíamos que nuestra estrella pertenecía a la tercera generación de estrellas.
Si miras hacia la Vía Láctea verás más estrellas azules. Esto se debe a q estamos en un brazo rodeados d población I = jóvenes. #Espacio140
— Astronomía + Ciencia (@elsegundoluz) June 16, 2013
Pero además de estas estrellas coetáneas a nuestro Sol, dentro de nuestra galaxia convivimos también con estrellas de una generación anterior, que pueden ser observadas dirigiendo nuestra mirada al centro de la galaxia.
La población II se encuentra en el halo y en el bulbo central de la Vía Láctea. Son estrellas casi tan viejas como el Universo. #Espacio140
— Astronomía + Ciencia (@elsegundoluz) June 16, 2013
Y aún existe otra generación anterior, las "pioneras", las primeras estrellas del Universo, formadas tras el Big Bang.
La población III ya no existe. Fueron las primeras estrellas, del Universo, y fueron responsables de la gran reionización. #Espacio140
— Astronomía + Ciencia (@elsegundoluz) June 16, 2013
Y al igual que ocurre con las personas de mayor edad, estas estrellas son las más sabias y las que más nos pueden enseñar sobre nuestro origen, porque, aunque no existan ya, su luz continúa viajando por el Universo, y nos debería seguir llegando; aunque los telescopios actuales no son capaces de verlas aún. Quizás, con los futuros telescopios de nueva generación, todo esto cambie y finalmente podamos confirmar su existencia.
Muchas gracias me ayudo bastante para un trabajo
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